Enoc Santificando la fe 2

hft spanish 2022
Hope for Today (Spanish)
Enoc Santificando la fe 2
Loading
/

Capítulo 2

Enoc Santificando la fe

La semilla humana ocasionalmente le da paso a un hombre poco común, un hombre que a duras penas encaja en su época. Ese hombre se destaca de manera especial entre los demás. Han surgido algunos hombres horriblemente malvados, por ejemplo, Amán en los días de Asuero, quien en la época del Antiguo Testamento gobernó desde la India hasta Etiopía. Los celos de Amán lo llevaron a idear una manera de exterminar a los judíos a través de todo el dominio del rey. Sin embargo, eso trajo un resultado completamente opuesto, y él fue ajusticiado en la horca.

Se puede nombrar a otro más reciente, Adolfo Hitler en Alemania, cuyo consejero, Adolf Eichmann, ideó una manera para librar al mundo de los judíos a través de las cámaras de gas extendidas por Europa. Eso también trajo un resultado completamente opuesto. Hitler se suicidó y Eichmann fue ejecutado luego de su juicio en la ciudad de Jerusalén, en Israel, pero no hasta que murieron 6 millones de judíos y un numeroso grupo de personas no deseadas.

Podemos nombrar otros más, por ejemplo, Joseph Stalin de Rusia, Benito Mussolini de Italia, Mao Tse Tung de China, hombres horriblemente malvados que asesinaron a miles de ciudadanos.

Sin embargo, por otro lado, se le dio paso a varias almas nobles cuyas vidas han establecido ideales que hasta hoy en día son dignas de adoptar y seguir. Entre ellos menciono a Mary Slessor de Calabar y David Livingstone. Quienes con su obra como misioneros han desafiado a personas de varias generaciones. Más recientemente, Dwight L. Moody, George Whitefield, John Wesley como evangelistas y ciertamente en estos tiempos nuestro propio Dr. Billy Graham. En una época cuando se estaba dando el crecimiento de la maldad e inmoralidad a gran escala, se destacó un hombre con el nombre de Enoc. Podemos preguntarnos cómo esa persona en la antigüedad conoció a Dios, y en todo caso no hay mucha información registrada acerca de él. En nuestro estudio, voy a abordar hebreos capítulo 11, versículos 5 y 6, en el Nuevo Testamento, y Génesis capítulo 5, versículos del 18 al 24, en el Antiguo Testamento para hablar de este hombre de cualidades sobresalientes, conocido con el nombre de Enoc.

Hebreos capítulo 11, versículos 5 y 6

  • Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
  • Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Génesis capítulo 5, versículos del 18 al 24

  1. Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc.
  2. Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

  • Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.
  • Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.
  • Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.
  • Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.
  • Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

¿No es ese un maravilloso testimonio? Y Dios se lo llevó. Cuando uno estudia la vida de Enoc, puede encontrar varias EXPERIENCIAS únicas por la cuales Enoc pasó que deberían llamarnos a una vida más devota.

EL CAMINAR DE ENOC FUE UNA EXPERIENCIA ÍNTIMA ÚNICA. Considero el hecho de que el hombre fue hecho para caminar con Dios. Cuando Dios creó al primer hombre, Adán, lo hizo con la capacidad de tener comunión con Dios, de caminar con Dios. Dios y Adán fueron compañeros cercanos hasta el fatídico día en que desobedeció a Dios y comió del fruto prohibido. Entonces se perdió esa intimidad con Dios. La pareja pecadora, Eva y Adán, fueron expulsados del Jardín y de la presencia íntima de Dios. Esa fue una experiencia muy triste.

Ahora bien, sin embargo, en el quinto capítulo de Génesis, aprendemos que hubo otro hombre, quien logró el camino en altura. Su nombre era Enoc. Aparentemente caminó con Dios, durante gran parte de su vida, quizás toda su vida.

Leemos en Génesis capítulo 5, versículo 21 que Enoc vivió 65 años y engendró a Matusalén, su primogénito. Después de eso, Enoc caminó con Dios 300 años y todos los días de su vida fueron 365 años. Y Enoc caminó con Dios.

Ahora, el hecho de que la Biblia diga que después de haber engendrado a Matusalén, caminó con Dios, ciertamente no significa que comenzó en ese momento. Él podría muy bien haber comenzado mucho antes que eso. Sin embargo, en ningún otro texto que no sea Génesis 5 se hace esta declaración. En ese sentido, Enoc es único. Por eso Enoc se destacó como el único.

Alexander Mac Laren en sus “Exposiciones de la santa escritura,” Volumen 1, páginas 40 y 41, nos enseña cómo se destacó Enoc. “Cultive la facultad y el hábito de una fe vigorosa, si quiere caminar con Dios. Porque el mundo pondrá sus vendas sobre sus ojos y tratará de tentarlo a creer que esas pobres y miserables ilusiones son cosas preciosas; y tenemos que librarnos de sus besos de rameras y sus mentiras sombrías, mediante esfuerzos muy vigorosos y continuos de la voluntad y de la comprensión, si queremos hacer realidad para nosotros lo que es real, la presencia de nuestro Dios.” Si, Amén.

Es importante ver que Enoc caminó con Dios, no detrás de Él, ni delante de Él, sino con Él, lo que sugiere una compañía cercana. Bueno, la Biblia hace esta pregunta: “¿Cómo pueden dos caminar juntos, excepto que estén de acuerdo?”

Me regocijo en los comentarios de A.B. de Simpson, en la página 20, cuando se refirió a una ilustración que puede ayudarnos a comprender exactamente qué significa

la interminable intimidad con Dios. “Un caballero estadounidense visitó una vez al santo Albert Bengel. Estaba muy deseoso de escucharlo orar. Así que una noche se detuvo en su puerta con la esperanza de escuchar sus devociones finales. Las habitaciones se comunicaban y las puertas estaban abiertas. El buen hombre terminó sus estudios, cerró sus libros, se arrodilló por un momento y simplemente dijo: ‘Querido Señor Jesús, las cosas siguen igual entre nosotros,’ y luego se quedó dormido dulcemente. Su comunión con su Señor era tan cercana que el trabajo no la interrumpió y no fue necesaria una oración para renovarla. Fue una presencia incesante, casi inconsciente, como la fragancia del jardín de verano o la presencia de alguien querido a nuestro lado, cuya presencia de alguna manera sentimos, aunque las horas ocupadas pasan y no se intercambia una palabra.” ¡Oh, alabado sea Dios! Busquemos un paseo íntimo con Dios como Enoc.

EL VALOR DE ENOC CRECIÓ A PARTIR DE SU EXPERIENCIA ÚNICA DE AGRADAR A DIOS. La Biblia nos dice en hebreos capítulo 11, versículo 5, que le agradó a Dios. Si alguien más supo esto no nos lo dijo. ¿Sabían sus vecinos que Enoc vivía una vida diferente, que le agradaba a Dios?

Parece bastante claro que él se destacó.

A medida que el mundo llegó a ser progresivamente más pecaminoso, avanzando hacia el diluvio de Noé, aunque a mil años de distancia, ese hombre, en medio de toda esa continua oleada de maldad, le agradó a Dios. Su caminar demuestra una intimidad, una comunicación para aprender lo que le agradaba a Dios y hacerlo.

Leemos en el pasaje de hebreos que sin fe es imposible agradar a Dios, versículo 6, “Pero sin fe es imposible agradarle a Él, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que es galardonador de los que le buscan

Aquel que le agradaría a Dios, primero debe creer que Él existe. Debo insistir, que creer en Dios es cuestión de la voluntad. Una vez más, buscando ayudarnos a comprender lo que significa todo esto, Alexander Maclaren, escribió lo siguiente en las páginas 42 y 43 acerca de Enoc: “Sabemos muy poco acerca de cuánto conocimiento de Dios tenían esas personas en los tiempos antiguos, pero en todo caso, era mucho menos de lo que usted y yo tenemos. Su teología era muy diferente a la nuestra; su religión era absolutamente idéntica a la nuestra. Su fe, que captó al Dios revelado en su credo, fue igual que la nuestra, aunque el credo que su fe captó fue solo un bosquejo del suyo y el mío. Pero en todo momento y en todas las generaciones, el elemento y la esencia de la vida religiosa ha sido el mismo, es decir, darse cuenta de la presencia divina viva, el esfuerzo y la aspiración después de la comunión con Él, la obediencia tranquila y la conformidad de la vida práctica hacia Su voluntad. Y así podemos extender nuestras manos a través de los siglos hasta ese patriarca antes de Noé, antes del diluvio, que se desvanece entre las brumas, y sentir que él también es nuestro hermano.

Y él nos ha establecido el ejemplo de que, en todas las condiciones de la vida, y bajo las circunstancias más desfavorables, es posible vivir en ese contacto cercano con Dios. Porque en su época, no solo había, como lo he dicho antes, un conocimiento incompleto y rudimentario de Dios, sino que en su época a tierra estaba llena de violencia, y se representaban gigantescas formas del mal que habían dominado a la humanidad. En medio de todo eso, representado por el orgullo titánico, la impiedad, el desprecio, la rudeza y la violencia, esa ‘flor blanca de una vida sin culpa’ logró encontrar alimento en el estiércol y florecer fresca y hermosa allí.”

Usted y yo no podemos, cualesquiera que sean nuestros obstáculos para vivir una vida cristiana consistente, tener algo parecido a las dificultades que Enoc había superado. Para todos nosotros, cualesquiera que sean nuestras condiciones, una vida como tal es posible. Estamos en una mejor posición. Por lo tanto, ¿no somos más responsables? Espero que nuestro mayor anhelo en la vida sea complacer a Dios como lo hizo Enoc.

LA RETIRADA DE ENOC TERMINÓ EN SU EXPERIENCIA DE TRASLADO ÚNICO. De cada uno de los otros ocho se dice: “Y él murió.” Es una repetición casi monótona, la larga vida terminó en la muerte, Adán, y él murió; Set, y él murió; Enós, y él murió; Cainán, y el murió; Mahalaleel, y él murió; Jared, y él murió; Enoc, él no fue encontrado, no fue encontrado porque Dios se lo llevó; Matusalén, y él murió; Lamec, y él murió. Todas las vidas terminaron en la muerte, pero este hombre, séptimo desde Adán, fue llevado por Dios. Él no fue encontrado.

La casa de Enoc estaba vacía. Lo buscaron, pero no lo encontraron. Sus vecinos pudieron haberse preguntado: “¿Has visto a Enoc? ¿Has visto a Enoc? No.” No está porque Dios se lo llevó. Fue transportado. Esa palabra significa que fue llevado a otro lugar. Dios lo hizo. Dios se lo llevó. Dios lo mudó a otro lugar para que estuviera eternamente con Él. Él caminó con Dios 365 años. Después Dios se lo llevó para estar eternamente con Él. Nadie más en su época alcanzó ese nivel en la vida. Él alcanzó ese nivel porque le agradó a Dios.

Una vez más, debo remitirlo al libro de Alexander Maclaren, página 47, “¡Enoc caminó con Dios y él no estaba porque Dios se lo llevó! Este verso es como una pequeña fuente con árboles y flores en un acantilado. ¡La tabla genealógica esta seca y aquí está un poco de vida humana en ella! Que a diferencia de los demás — ellos vivieron y murieron; la vida de ese hombre fue caminar con Dios y su partida fue un desvanecimiento, y cesó su permanencia aquí en la tierra. Es notable el tono calmado como habla la Biblia de sus eventos sobrenaturales. No habríamos sabido que esto fue un milagro sino hubiese sido por la Epístola a los hebreos.”

Oh sí. Sí, Dios se lo llevó. Se nos ha prometido el traslado si estamos vivos cuando Jesús venga por Su novia. Aquí está en 1 Corintios capítulo 15, versículos de 51 al 57, en el Nuevo Testamento.

“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

¡Aleluya! La fe de Enoc se convirtió en el corazón de cada acto de su vida. Vamos a tomar el coraje de sus experiencias únicas: su caminar él caminó con Dios; su valor él le agradó a Dios en medio de una nación malvada y perversa; su retirada él fue transportado por Dios.

Receive Weekly Encouragement

Sign-up to get a sermon straight to your inbox on a weekly basis!