Ahuyentar el favoritismo 3

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Ahuyentar el favoritismo 3
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Capítulo 6 Ahuyentar el Favoritismo

En los últimos años he ido ocasionalmente a cazar faisanes. Si alguna vez usted ha cazado faisanes, entonces usted conoce la técnica. Un grupo de cazadores se despliega por el campo y avanza lentamente, con la esperanza de ahuyentar de su escondite a esas aves astutas. Algunas veces estas aves se sientan tan apretadas que puedes pasar justo al lado de ellas. Otras se ahuyentan más fácilmente. Pero cuando se espantan, y se elevan en el aire, los cazadores apuntan y tratan de cazarlas antes de que salgan fuera de su alcance.

Cuando comenzamos a estudiar el capítulo dos en la epístola de Santiago, en el Nuevo Testamento él nos presenta un tema el cual cada uno de nosotros debe estar dispuesto a reconocer y tratar. ¿Qué criterios usan los seguidores de Jesús para relacionarse con aquellos que Dios trae a nuestras vidas y a nuestras congregaciones locales? Ninguno de nosotros quiere admitir que demostramos favoritismo, pero si eso fuera cierto no necesitaríamos esta escritura divinamente inspirada escrita por Santiago. Al igual que los faisanes que mencioné, puede requerirse un esfuerzo concentrado de nuestra parte para ahuyentar cualquier favoritismo en nuestras propias vidas. Por esa razón, titulé este mensaje “Ahuyentar el Favoritismo.” Y nuestro texto de hoy se encuentra en el capítulo dos de Santiago, versículos del uno al nueve.

1. Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.

  • Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,
  • y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;
  • ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?
  • Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
  • Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?
  • ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?
  • Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
  • pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores.

Nuestro texto revela tres REFLEXIONES que son necesarias para “Eliminar el Favoritismo.

La Percepción Defectuosa

Para presentar este punto, quiero leerle una carta ficticia. Escuche cuidadosamente.

Para: Jesús, Hijo de José

Número 777, Vereda Carpintería.

Nazaret, Israel

De: Consultores Gerenciales de Jordania

Estimado señor:

Gracias por enviar los currículums de los doce hombres que eligió para puestos gerenciales en su nueva organización. Todos ellos han presentado nuestro conjunto de pruebas; y hemos corrido los resultados a través de nuestra computadora, también hemos coordinado entrevistas personales para cada uno de ellos con nuestro psicólogo y nuestro consultor de aptitudes vocacionales. Los perfiles de todas las pruebas están incluidos, y usted querrá estudiarlos cuidadosamente.

Es la opinión de nuestro personal que la mayoría de sus candidatos carecen de educación y aptitud vocacional para el tipo de empresa que está emprendiendo. Le recomendamos que continúe buscando personas con experiencia en habilidades de gerencia y capacidad comprobada.

Simón Peter es emocionalmente inestable y le dan arranques de ira. Andrés no tiene absolutamente ninguna cualidad de liderazgo. Los dos hermanos, Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, colocan su intereses personales por encima de la lealtad

de la compañía. Tomás demuestra una actitud inquisitiva que tendería a socavar la moral. Mateo había sido incluido en la lista negra por La Oficina de Atención al Cliente de la Gran Jerusalén; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo definitivamente tienen inclinaciones radicales, y ambos registraron una puntuación alta en la escala maníacodepresiva.

Sin embargo, uno de los candidatos, demuestra un gran potencial. Es un hombre de gran capacidad y creatividad, se relaciona bien con la gente, tiene una mente empresarial aguda y tiene contactos en lugares importantes. Él se siente muy motivado, ambicioso y responsable. Recomendamos a Judas Iscariote como su controlador y mano derecha. Todos los demás perfiles se explican por sí mismos.

Le deseamos mucho éxito en su nueva empresa.

Atentamente,

Consultores Gerenciales de Jordania.

Obviamente esa carta es imaginaria y de alguna forma divertida, pero nos revela la dificultad que tenemos para formar conclusiones acerca de las personas y de su carácter.

En los versículos del uno al cuatro de nuestro texto, Santiago apela a nosotros como seguidores de Cristo a no demostrarle parcialidad o favoritismo a nadie. Y para que no haya confusión sobre lo que él realmente quería decir, inmediatamente sigue esa exhortación con una ilustración. Esa es una forma muy efectiva de enseñar; es un método que Jesús usó a menudo. Después de advertirnos sobre el favoritismo, dice,

“esto es lo que parece.” Si vamos a eliminar el favoritismo, si vamos a sacarlo a la luz donde podamos lidiar con él, necesitamos saber cómo es. Santiago nos da una imagen clara.

Tenga en cuenta que el favoritismo a menudo comienza con la apariencia. Santiago usó la forma opuesta como esos dos hombres se vestían para resaltar nuestra tendencia a demostrar favoritismo. Un hombre estaba vestido con ropas muy esplendidas y usaba un anillo de oro. Esa era una señal de riqueza y, quizás, de autoridad. El otro hombre era un mendigo; su ropa estaba raída y tal vez inclusive él estaba sucio.

Naturalmente, nuestra atención se dirige hacia el hombre vestido con su indumentaria esplendida. Él debió ser alguien importante. ¿Por qué estaba él allí? ¿Se iba a convertir en un miembro de la congregación e iba a contribuir regularmente con la ofrenda? Si llego a hacerme amigo de él, ¿qué beneficios recibiría yo personalmente? Los ujieres rápidamente le consiguieron un sitio donde ubicarse en un lugar selecto, tal vez inclusive en el pulpito, donde su presencia podía ser apreciada por todos. Luego estaba el hombre pobre, el mendigo. Puedes apreciar que los ujieres se sintieron avergonzados. No estaban muy seguros sobre lo que tenían que hacer. ¿Ellos deberían ofrecerle asiento a ese hombre? ¿Qué pasaría si olía mal? ¿Dónde podrían ubicarlo para que ofendiera a la menor cantidad posible de personas? Tal vez si lo colocaban en el rincón trasero del auditorio, o si le daban una silla en el vestíbulo, muchos no lo notarían.

Esos dos escenarios nos hacen sentir incómodos, ¿verdad? Golpean bastante cerca nuestra humanidad, a pesar de que no nos gusta admitirlo. Santiago dijo que ese tipo de comportamiento era sentencioso. Que estaba demostrando parcialidad, que estaba demostrando favoritismo. ¡Y eso es PECADO!

Entonces; la pregunta es, “¿por qué respondemos de la manera como Santiago lo ilustra para nosotros?” Es por el hecho de que tenemos una percepción defectuosa. ¿Alguna vez has oído hablar del astigmatismo? El astigmatismo es un problema visual que tienen algunas personas. Es un defecto en el sistema óptico del ojo que causa que la persona que lo tiene vea de forma borrosa. Las cosas no se ven claramente enfocadas, pero se puede corregir usando lentes.

Como cristianos, es posible que tengamos un astigmatismo mental y espiritual. Vemos las cosas a través de los ojos contaminados por el pecado. El pecado y sus efectos hacen que nuestra percepción sea defectuosa. Las cosas no son tan claras como deberían ser, y cometemos el error del cual Santiago nos habla aquí. Medimos el valor de una persona por su apariencia física, sus capacidades mentales, sus habilidades sociales o su éxito financiero.

¿Usted recuerda el relato del profeta Samuel, enviado por Dios para ungir al primer rey de Israel? ¿Qué se nota acerca de Saúl en el libro primero de Samuel capítulo diez, versículo veintitrés en el Antiguo Testamento? “…y puesto en medio del pueblo, desde los hombros arriba era más alto que todo el pueblo.” Luego, después de que Dios rechazó a Saúl y envió a Samuel a ungir a otro, fue enviado a la familia de Isaí. También tenemos el relato en el libro primero de Samuel capítulo dieciséis. “Y

aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de JEHOVÁ está su ungido. Y JEHOVÁ respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque JEHOVÁ no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” Finalmente, David fue ungido. A los ojos de Isaí y Samuel, él era el menos probable a ser elegido.

Y ahí yace la raíz del problema. Hacemos juicios basados en la apariencia exterior pero Dios observa el corazón. Vemos a aquellos quienes parecen ser exitosos de una manera mundana preguntándonos; ¿Qué van a hacer ellos por nuestra congregación, o qué beneficio podría recibir personalmente yo al poder decir: “Asisto a la iglesia con fulano de tal y con fulano de tal?” Pero a menudo esas personas que pensamos que eran tan atractivas, tan deseables de tenerlas en nuestra congregación, resultan ser diferentes de lo que esperábamos. He visto a personas poseedoras de finanzas y posición utilizándolas para su propio beneficio en la iglesia y haciendo que los líderes pongan en peligro la verdad por temor a perder su apoyo financiero. Eso, es demostrar favoritismo, y Dios no se siente complacido con eso.

Me acuerdo de Eclesiastés capítulo nueve, versículos del catorce al dieciséis, Antiguo Testamento. “Había una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y vino contra ella un gran rey, y la asedió y levantó contra ella grandes baluartes; y se hallaba en ella un hombre pobre, sabio, el cual libró a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.”

Debido a que ese hombre era pobre, su solución para salvar la vida del problema ni siquiera se recordaba. Que trágico es que caigamos en tal trampa.

Demostrar favoritismo basado en el éxito financiero aparente, la apariencia física o la posición de alguien es el resultado de una percepción defectuosa. Debemos llegar a esta conclusión, y estar dispuestos a admitir nuestra propia tendencia a la percepción defectuosa si esperamos eliminar el favoritismo.

La Selección Divina

Pasemos ahora a los versículos del cinco al siete. Recordemos, que en el reino de Dios hay un orden diferente al de los reinos de la humanidad. En el reino de Dios, el camino para ser elevado es humillarse a sí mismo. El camino para llegar a ser grande es ser un servidor. La manera de hacerse rico es dar. La forma de tener éxito es promoviendo a otros en lugar de promoverse a sí mismo. Los caminos de Dios son directamente opuestos a nuestras tendencias humanas naturales.

Entonces Santiago nos llama diciendo, ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe? Puede ser que no tengan mucho de acuerdo con la medida terrenal, pero tienen una herencia prometida, son iguales en las bendiciones de Su reino. ¿Y por qué razón los seguidores de Cristo son desproporcionadamente pobres en comparación con el resto de la sociedad? I Corintios capítulo 1, versículos del 26 al 29, en el Nuevo Testamento dice, “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado

escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.”

Jesús mismo dijo: “Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas. Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Y los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.” Lucas capítulo dieciocho, versículos del veinticuatro al veintisiete, en el Nuevo Testamento. Por cierto, la aguja a la que Jesús se refería era una aguja de coser, no una pequeña puerta de entrada adjunta a un portón más grande de la ciudad. Algunos comentaristas han debilitado el significado de este pasaje con esa interpretación.

Santiago dijo que Dios había elegido divinamente a los pobres porque son ricos en fe. Ellos son capaces de entender su pobreza de espíritu mucho más fácilmente que los ricos. ¿Recuerdas las palabras de Jesús a la iglesia en Laodicea? “…Tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” Jesús elogió a la iglesia en Esmirna por su fidelidad y dijo: “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)…”

Luego hay una advertencia para aquellos que son ricos y poderosos. Su tendencia es despreciar y aprovecharse de los pobres, porque los pobres a menudo son impotentes. Nadie viene en su defensa. Los pobres a menudo eran arrastrados ante los magistrados porque no podían pagar sus deudas. Su buen carácter fue catalogado como de descuidados por parte de aquellos que no querían nada más que

su dinero. Santiago reprende enérgicamente a quienes se llaman a sí mismos seguidores de Jesús y se involucran en tales prácticas.

Debemos cultivar la disciplina de aprender a ver la vida como Dios la ve. Él observa el espíritu interior y elige a aquellos que entienden la gran necesidad que tienen de recibir Su perdón. Si vamos a ahuyentar el favoritismo debemos llegar a la conclusión de que Dios principalmente elige a los pobres de este mundo para que sean Sus seguidores. Ellos no tienen riqueza ni posición para jactarse de ellas. Su jactancia, y la nuestra, deberían estar en la gracia de Dios que nos ha redimido del pecado.

La Dirección Cuidadosa

Medite cuidadosamente acerca de los dos últimos versículos de nuestro texto. Allí Santiago hizo declaraciones claras y definitivas que son difíciles de evadir. Son el tipo de declaraciones que nos resulta difícil “cambiarles el significado.” Es difícil tomar esas declaraciones y hacer que ellas digan algo que no sea lo que dicen. Si vivimos de acuerdo con la ley real, y esa ley es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo,” lo estamos haciendo bien. Para hacerlo bien en esta instancia se requiere la idea de hacer algo que es moralmente aceptable. Dios aprueba a aquellos quienes aman genuinamente a su prójimo como a sí mismos. Esta no es una aprobación para la salvación, sino el fruto obvio de la salvación en nuestras vidas, la obediencia.

La segunda declaración está en el versículo nueve. Si respetamos a las personas, si favorecemos a ciertos individuos sobre otros debido a la riqueza, la posición y otras cosas, cometemos PECADO. Sin andar por las ramas, sin matices

sutiles, sin ambigüedades; si demuestras favoritismo eres un transgresor de la ley, la ley real que se menciona en el versículo ocho.

Eso más o menos nos arrincona, ¿verdad? Si usted es como yo, probablemente puede pensar en una situación en la que fue, o es, culpable de violar este mandamiento. Si eso es cierto, déjeme animarlo, no siga su tendencia natural. ¿Usted sabe cuál es esa tendencia? Esa tendencia es racionalizar su comportamiento, para tratar de encontrar una manera de dar una buena razón (O tal vez simplemente una excusa) para su conducta. Puedo asegurarle que, si toma esa ruta, Satanás estará allí para ayudarlo a encontrar una razón justificable para sus decisiones equivocadas. Eso nos llevará a usted y a mí en la dirección equivocada.

Si alguna vez hay un momento en el cual necesitamos ejercitar claridad de pensamiento y estar atentos a la dirección cuidadosa de Dios, es hoy. La vieja pregunta de Satanás, expresada al principio a la madre Eva, tiene una gran atracción hoy en día; “Sí, ¿lo ha dicho Dios?” Amigo mío, usted y yo no nos atrevemos a estar entre aquellos quienes cambian el significado simple del texto para decir exactamente lo contrario. No podemos estar entre aquellos quienes escogen y eligen las partes de la Palabra de Dios que quieren creer y obedecer. O bien es toda la Palabra de Dios, o nada de ella. Debemos prestar cuidadosa atención a la dirección clara que Dios ha dado si caminamos en obediencia a Su mandamiento.

Vamos a recapitular las reflexiones necesarias para ahuyentar el favoritismo. En primer lugar, a menudo tomamos decisiones basadas en nuestra percepción defectuosa. Nuestra visión está nublada por nuestra propia pecaminosidad y por

nuestra aceptación de los patrones de éxito del mundo. Demostrar favoritismo es perjudicial para nosotros y para los demás.

En segundo lugar, Dios ha elegido divinamente a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe. Su fe es rica porque ha sido probada y ha perdurado. Ellos saben lo que es depender de Dios, inclusive para el suministro de sus necesidades diarias.

Finalmente, Dios nos está llamando a seguir Su dirección cuidadosa en la forma cómo obedecemos Su mandamiento para nosotros; “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Vamos a tratar de no cambiarle el significado lo que está establecido; vamos a ser oidores y hacedores de la Palabra. Si aceptamos estas reflexiones y las aplicamos en nuestras vidas diarias, Dios nos demostrará cómo ahuyentar el favoritismo, a lidiar con él como el pecado que es, y a encontrar el arrepentimiento y el perdón al pie de la cruz.

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