Jesus Es La Felicidad

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Jesus Es La Felicidad
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Mateo 5:7-12

Todos esperamos disfrutar de la vida. No nos gustan los problemas. Nos gusta que todo salga a “nuestra manera”. Pero puede ser que eso no traiga la mayor felicidad. El hecho de que las cosas siempre se hagan a mi manera no es siempre la mayor de las felicidades. Para muchos la felicidad depende de su entorno, de las condiciones externas. No es fácil ser feliz en medio de juicios y pruebas. Pero es gratificante.

Frecuentemente me escriben cartas como esta, “Por favor ore por mí para no tener que pasar por pruebas.” Amigo mío, es irreal orar para que usted no tenga pruebas. Este mundo no es amigable con los cristianos. Jesús dijo “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.”

La verdadera felicidad es más profunda que las circunstancias externas. Ella está dentro. Jesús habló de aquellos que logran ese tipo de felicidad.

Esto se encuentra en Su sermón de la montaña registrado en el evangelio de Mateo capítulo 5, versículos del 7 al 12 en el Nuevo Testamento. (Leo el texto bíblico)

7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Mientras Jesús continuaba con Su sermón Él habló de otros GRUPOS que consiguen el más alto grado de felicidad. Primero Él había hablado acerca de aquellos que permanecen, aquellos que carecen y aquellos que anhelan.

AQUELLOS QUE SE CONDUCEN en misericordia y pureza encontraran felicidad en Jesús. “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” La misericordia es una gran cualidad moral. Sin duda que no se opone a la justicia, pero requiere de la justicia. Debe haber justicia antes de que la misericordia pueda ser expresada. La ley trabaja de esa forma. Para alcanzar la misericordia debe haber culpabilidad. Para alcanzar el perdón debe haber culpabilidad. Para alcanzar la misericordia debe haber justicia.

Ahora, aquí Jesús dijo: “Felices son los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” Hay una ley en el plan de Dios que lo que usted hace se revierte. Y aquí está, sea misericordioso y alcanzará la misericordia. Eso trae la verdadera felicidad.

Los que se conducen en la pureza encontraran felicidad. La pureza interna no tiene precio. Felices son “los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” En el corazón es donde realmente vive el carácter, en algún lugar interno. La Biblia también nos dice que sin santidad ningún hombre podrá ver a Dios. La verdadera clase de pureza interna es elaborada por el Señor.

Esto está claro en libro de Isaías, capítulo 64: “todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia.” Cuando Jesús vive en nosotros alcanzamos el lugar donde nuestra parte interna es pura. La felicidad viene a los que se conducen en misericordia y pureza.

AQUELLOS QUE APRENDEN a hacer la paz vienen a la felicidad a través de Jesús. La paz no es simplemente la ausencia de conflicto y guerra. Esto puede ser supresión. La paz es el reconocimiento de los derechos mutuos, de tal manera que yo reconozco sus derechos y usted reconoce los míos. Es la alegría. Pablo aconsejando a los romanos dijo: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” Aprenda a hacer la paz. Aprenda a reconocer a los miembros de su familia y los derechos de sus vecinos. Un pacificador está contento, porque personas como esas son como Dios. Ellos serán llamados los hijos de Dios, los hijos de Dios, a la semejanza de Dios. Aquellos que aprenden a hacer la paz son semejantes a Dios.

La felicidad viene a los que aprenden a sufrir por la verdad, “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia.” El mal siempre se opone al bien. Usted nunca puede esperar que el mal esté en harmonía con el bien. Los cristianos pueden esperar persecución por causa de la justicia.

El Apóstol Pedro al escribir su primer libro lo explicó muy bien, creo que es en el segundo capítulo cuando él dijo esto: “Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.” 1 Pedro 2:19-20. Usted recuerda que Pedro estaba presente en la montaña cuando Jesús dijo estas palabras, “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia.”

Los que sufren por la verdad son felices porque el mal siempre se opone al bien porque el bien lo expone, pero para ellos es el reino de Dios. Ellos son como los pobres en espíritu como dijo Jesús: “Felices los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de Dios.” “Felices los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.”

Si, la felicidad viene a los que aprenden a hacer la paz y a sufrir por la verdad y a hacer lo correcto.

AQUELLOS QUE AMAN cuando son vituperados también encuentran la felicidad en Jesús. Vituperado significa ser insultado, ser reprochado, tener a alguien que diga cosas malas y falsas acerca de usted. Ser perseguido significa ser seguido, ir detrás de uno, ser cazado, ser acosado y tener a alguien constantemente persiguiéndolo o rastreando sus pasos. ¡Vituperado! ¡Perseguido! ¡Insultado! ¡Seguido! Jesús dijo, tomando “toda clase de mal contra vosotros, mintiendo,” Recuerde que Él también dijo, “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.”

Por lo tanto, los que aprenden a amar cuando son vilipendiados pueden estar felices. Ellos pueden estar felices porque hay una recompensa celestial. “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos.” Puede ser que usted escoja ser perseguido o no. Si es una falsa persecución, escójala. La recompensa terrenal y la recompensa celestial parecen excluirse la una con la otra. Si usted debe escoger, entonces escoja la recompensa celestial antes que la recompensa terrenal.

Jesús dijo, los profetas en el pasado fueron perseguidos. En la carta de Pablo a los Hebreos, capítulo 11, versículos 37 al 38, hay un resumen de lo que los profetas sufrieron: “Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.” ¿Usted ha sufrido? Alégrese porque “vuestro galardón es grande en los cielos.” La felicidad viene a los que aman con la clase de amor que Dios tiene.

La felicidad viene a los que siguen a Jesús, a los que se conducen en misericordia y pureza, a los que aprenden a hacer la paz inclusive cuando están en sufrimiento, a los que aman con el amor de Dios. ¡Jesús es la felicidad! Usted lo encontrará a Él cuando lo busque con todo su corazón.

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